Escalas cósmicas: el universo en mi supemercado
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Escalas cosmicas - Sergio Barbeira

El universo en mi supermercado: escalas domésticas del espacio y el tiempo cósmico

En las últimas semanas, debido a la situación de confinamiento provocada por la pandemia del coronavirus Covid-19, nuestra casa ha sido nuestro universo particular, pero no el único. El otro lugar que nos ha evadido de esta reclusión es bien conocido por todos: el supermercado. En él hemos hecho kilómetros de más desde mediados de marzo, por eso de no solo hacer la compra, sino también despejarnos, estirar las piernas y ver otros rostros que no sean los nuestros sobre un espejo.

En mi caso, el supermercado más cercano es un hipermercado Carrefour que se encuentra en un centro comercial, uno de los de mayor tamaño de Galicia. Este ha sido mi otro “universo” durante la pandemia (y sigue siendo). Sus 7.700 metros cuadrados (más de 230 veces la superficie de mi piso) me permiten desconectar, en cierto sentido, del confinamiento.

Estos más de 7.000 metros cuadrados son una superficie que cualquier persona puede asimilar (un tercio más pequeña que la de un campo de fútbol o que una hectárea) pero, ¿y si hablamos de 7.000 millones de kilómetros cuadrados? ¿Podemos hacernos una idea de lo que significa?

Adaptar las escalas cósmicas

En nuestro día a día manejamos superficies y distancias más modestas y son con las que nos comparamos. Pero formamos parte de un universo, mucho más grande que nuestras referencias domésticas. Seguramente habrás oído hablar de un año luz, una de las medidas astronómicas de referencia que se utilizan para hablar de distancias en astronomía (¡un año luz equivale a 10 billones, con b, de kilómetros!).

En este artículo voy a intentar relativizar alguna de esas distancias astronómicas, adaptándolas a nuestra realidad cotidiana, para que puedas comprender en qué magnitudes se mueve nuestro universo. Y lo voy a hacer a través de mi universo particular estos días, mi supermercado.

Superficie y plano Carrefour Cancelas Santiago - Sergio Barbeira

Plano de la planta baja del centro comercial donde está el hipermercado

4.500 millones de kms a una escala de 118 metros

Se trata de un hipermercado que forma casi un rectángulo perfecto, de unos 118,7 metros de largo por 64,5 metros de ancho. Por ejemplo, para hacer un símil con nuestro vecindario cósmico, el Sistema Solar, supongamos que esos 118,7 metros fuesen los 4.500 millones de kilómetros que separan el Sol de Neptuno, el octavo planeta conocido de nuestro sistema (sin contar el planeta enano Plutón). Ambos objetos se encontrarían en los límites del supermercado y, en su interior, el resto de planetas.

Hipermercado Carrefour Cancelas Santiago dimensiones - Sergio Barbeira

Medidas de superficie del hipermercado, según Google Maps

Siguiendo la escala doméstica, Mercurio, que se encuentra a unos 58 millones de kms del Sol, apenas estaría a 1,5 metros de nuestra estrella; Venus a 2,8 metros, la Tierra a 4 metros y Marte a 6 metros. Como vemos, bastante cerca unos de los otros. El siguiente planeta, Júpiter, que es el de mayor diámetro y masa, pega un salto considerable, al situarse a 20,5 metros del Sol. Sin embargo, todos estos planetas, junto con el astro rey, no sobrepasarían los límites de la zona de electrodomésticos y electrónica, que se encuentra al lado de la entrada del hipermercado, en el extremo izquierdo del plano que vimos antes.

Escala cosmica Carrefour -Sergio Barbeira

Adaptación de las distancias del Sistema Solar al hipermercado

Hay que esperar hasta la zona textil para localizar el siguiente planeta, Saturno. Está a 37,6 metros del Sol y casi el doble de distancia que Júpiter. Es decir, entre la separación de Júpiter y Saturno podríamos situar todos los planetas ya mencionados. Esto nos da una idea de cómo disminuye la densidad de planetas a medida que avanzamos hacia el exterior del Sistema Solar.

Y Urano, otro de los cuatro planetas gaseosos, no aparecerá hasta los 75,7 metros, ya a la altura de la zona de frutería y hortalizas, un poco más allá de la mitad del hipermercado. Y se encuentra solo en su entorno cósmico, pues el gigante gaseoso azul, Neptuno, está en el otro extremo del supermercado, a casi 119 metros del Sol, en los lineales de salsas, aceites y detergentes.

La creación y evolución del universo

Hemos transformado las escalas del Sistema Solar a las de mi hipermercado. Pero quiero ir un poco más allá y representar otro de los fenómenos mayúsculos (por no decir “el fenómeno”) de nuestro universo: su propio origen y evolución. Como sabemos hasta ahora, el cosmos se originó hace unos 13.800 millones de años, a partir de un punto caliente que concentraba toda la materia del universo.

En una sextillonésima parte de lo que dura un suspiro (suponiendo que un suspiro dura un segundo), se desencadenó el Big Bang, esa explosión cósmica que dio lugar a un periodo de inflación que originó todo lo que conocemos. En apenas un segundo después del Big Bang, el joven universo pasó de la nada a medir miles de millones de kilómetros, mucho más grande que nuestro actual Sistema Solar.

El Big Bang y la cesta de la compra

Llevemos ahora este suceso al supermercado. Supondré que el acto de hacer la compra es la historia del universo hasta nuestros días. Para ello, tengo que lograr que esos 13.800 millones de años sean equivalentes a la hora (unos 60 minutos) que habitualmente me lleva llenar la cesta de la compra. Sin embargo, para hacer la comparación no iré en el orden cronológico que habitualmente sigo para ir al súper, sino que esta narración comienza con la cesta llena en la línea de caja, es decir, al final del recorrido habitual.

¿Por qué? Pues porque este es el momento en el que toda la materia, los elementos que he adquirido, se encuentran juntos en la cesta (ese punto caliente previo al Big Bang). Voy a seguir, por tanto, el mismo planteamiento que siguió la ciencia para articular la teoría del Big Bang: si ahora el universo se sigue ensanchando y la temperatura del cosmos es homogénea en puntos que, teóricamente, nunca estuvieron en contacto, tuvo que haber un momento en el que toda esa materia compartió el mismo espacio.

Los primeros átomos, en una décima de segundo

La cesta de la compra en la línea de caja sucedió, por tanto, hace 13.800 millones de años, una hora de nuestra medida doméstica, pero en este ejemplo es el origen de todo, todavía no hay presente, así que voy a desandar la compra realizada. Donde antes encargué un ejemplar de dorada en la pescadería, ahora tendré que devolverlo. Ahora tengo que deshacer la compra y cada elemento de la cesta volverá a su correspondiente lineal, como si su esparcimiento fuera un paralelismo del esparcimiento de la materia por todo el cosmos.

Siguiendo con el ejemplo, el origen de los primeros átomos y el inicio del viaje de la luz a través del cosmos, que ocurrió 380.000 años tras el Big Bang, sucedería apenas una décima de segundo tras llegar a la línea de caja, es decir, un momento apenas imperceptible.

Las primeras estrellas no surgirían hasta 150 millones de años tras el gran estallido, unos 39 segundos después en nuestra escala doméstica. Es decir, que las primeras estrellas aparecerían mientras esperaba la cola para pagar.

Tan solo dos minutos después de tener la cesta llena, unos 500 millones de años en magnitudes astronómicas, se formarían las primeras galaxias. En ese momento estaría todavía esperando la cola o devolviendo (no cogiendo, porque voy a la inversa) algún producto lácteo en el lineal más próximo a la zona de cajas.

El Sol y la Tierra, 40 minutos tras el Big Bang

El Sol no se formaría hasta 9.200 millones de años después del Big Bang, es decir, unos 40 minutos después de llegar a la caja. Con toda probabilidad estaría en la pescadería deshaciendo el encargo de una dorada o unos mejillones para la cena.

Evolucion del universo en una hora - Sergio Barbeira

Del Big Bang a nuestros días, en una hora

La Tierra se formaría apenas medio minuto después o, lo que es lo mismo, 9.300 millones de años tras el estallido inflacionario. Y la vida en nuestro planeta aparecería 45 minutos tras el Big Bang, unos 10.300 millones de años más tarde.

Los dinosaurios o nuestra especie, en el último minuto

A partir de los 59 minutos y medio surgirían los primeros dinosaurios sobre la Tierra (13.560 millones de años después o hace unos 240 millones de años) y 19 segundos después se extinguirían. Los primeros homínidos, la aparición del Homo sapiens o la creación de los primeros alfabetos no llegarían hasta pasada casi una hora. Es decir, que los eventos más próximos a nosotros, como la aparición de nuestra especie o cultura, coincidirían con la entrada en el hipermercado.

En esta comparación he invertido el tiempo, deshaciendo la compra que ya tenía en mi cesta en la línea de cajas. Sin embargo, si lo vemos desde la otra perspectiva, considerando que el Big Bang (y, por tanto, nuestro pago en caja) sucedió hace una hora, la vida en la Tierra no habría aparecido hasta hace 15 minutos, los dinosaurios hace apenas un minuto y nuestra especie en la última décima de segundo.

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