La inteligencia artificial y la muerte, dos tendencias para entender 2023
Blog sobre ciencia, periodismo científico y comunicación científica. Noticias y consejos para una mejor divulgación de la ciencia en el entorno digital y offline.
noticias de ciencia, blog sobre ciencia, periodismo científico, comunicación científica, periodista científico, historias sobre ciencia, divulgación científica
1248
post-template-default,single,single-post,postid-1248,single-format-standard,do-etfw,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,footer_responsive_adv,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-17.2,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-5.6,vc_responsive
inteligencia artificial y muerte 2023

La inteligencia artificial y la muerte, dos tendencias para entender 2023

Este año ha sido de absoluto silencio en este blog. Ha sido una decisión consciente y arbitraria, no por el hecho de que no tuviera nada que contar, sino por no tener tiempo para contarlo. A nivel personal, 2023 ha sido un año de gran importancia, para bien y para mal, pero deja, sin duda, un rastro más dulce que amargo y más claro que oscuro.

Eso en lo que concierne a mi esfera privada. En cuanto a lo que ha sucedido en España y en el mundo, me temo que no puedo decir lo mismo. Mientras el planeta continúa enfermando y son cada vez más las personas que sufren de ansiedad climática (aunque todavía no las suficientes para tomar conciencia), nuestras anécdotas cotidianas y nuestras guerras fratricidas siguen chorreando titulares y picando nuestra curiosidad.

ChatGPT, la punta del iceberg

No lo digo yo, sino las tendencias de búsqueda de Google en 2023. En España, mi entorno más cercano, las noticias que acumulan más búsquedas están relacionadas con la inteligencia artificial (IA), concretamente con ChatGPT, una aplicación de chatbot de IA. Es un dato curioso, porque esta tendencia no habría entrado en las quinielas años atrás.

Esto se debe al creciente interés que está despertando la IA entre la opinión pública, no solo por lo que es capaz de conseguir a nivel tecnológico, económico, social y cultural, sino por los potenciales riesgos (y no tan potenciales) que representa en todos esos ámbitos y, en general, para nuestra especie que, irónicamente, es la que la está alimentando. A esta popularidad también ha contribuido un notorio escándalo, como fue el despido y posterior readmisión de Sam Altman en OpenAI.

Es decir, el interés no está todavía motivado por la fascinación intelectual o académica, sino por el morbo de un incidente empresarial y el misterio que rodea a la supuesta innovación revolucionaria Q* de la misma compañía.

El drama climático no interesa en España

Y es que el salseo y el cotilleo marcan, en general, las tendencias de búsqueda en Google, año tras año, lo cual también es un reflejo del apetito informativo de la sociedad española. Excepciones que cabe mencionar son las elecciones de julio de 2023, la agresión machista perpetrada por Rubiales y la guerra de Israel y Gaza. Eso sí, no verás a nadie preocuparse por que 2023 haya sido en España el segundo año más caluroso de toda la serie histórica, según la AEMET. Viviremos preocupados por lo mundano hasta que el mundo deje de preocuparse por nosotros.

Por su parte, en la ficción, que cada vez cuesta más distinguir de lo real o viceversa, la ciencia y el apocalipsis climático ocuparon un lugar destacado, con Oppenheimer como la película más buscada y The last of us en el podio de las series de streaming. Algo parece que empieza a calar, aunque la puerta de entrada sea la ficción.

A nivel internacional, también la ficción reserva lugares destacados para la película y la serie mencionadas, pero en el mapa de búsquedas los fenómenos meteorológicos adversos tienen reservado un protagonismo muy destacado. Los huracanes Hilary, Idalia y Lee, a los que se suma el terremoto de Turquía. En España, por el contrario, no se produce una equivalencia con la sequía que atenaza a gran parte del país, lo cual debe ser una señal de preocupación para las distintas administraciones públicas que gestionan esos territorios.

Por qué la inteligencia artificial

Cada vez es más popular, pero todavía es una gran desconocida, a pesar de que entre 1998 y 2018 las investigaciones revisadas por pares aumentaron un 300% en todo el mundo, según un informe de la Universidad de Standford. Como aseguró Marvin Minsky en la conferencia de Dartmouth (EE. UU.) en 1956, la inteligencia artificial “es la ciencia que crea máquinas que hacen cosas que, si fueran hechas por un ser humano, diríamos que este humano es inteligente”. Se trata del juego de imitación que describía Alan Turing, pero a día de hoy, salvo algunas cuestionables excepciones, como el chatbot Eugene Goostman, los sistemas de IA no suponen una amenaza seria para nuestra especie (los que se conocen como sistemas débiles).

Y es que imitar (que no poseer) la inteligencia humana no es sencillo, en parte porque todavía no se ha podido definir con precisión ni de manera racional o puramente materialista qué es la inteligencia. ¿La inteligencia también incluye la conciencia? ¿Se puede separar el pensamiento de los sentimientos, es decir, lo racional de lo supuestamente irracional? ¿Para ser inteligente es necesario tener conciencia?

Son muchas preguntas que incluyen múltiples respuestas y muchos matices. No es este el momento de debatir sobre ello, pero para desarrollar la IA sí es necesario profundizar en el conocimiento sobre la inteligencia, entendiendo esta no solo como la inteligencia humana. Y también diferenciando dos conceptos que frecuentemente se confunden: conocer no es lo mismo que saber. En este artículo de mi blog planteo algunas de las oportunidades, riesgos y desafíos de la IA, mencionando a la conciencia como el posible gran obstáculo hacia su desarrollo.

La IA nos seduce por la promesa de una especie cada vez más sofisticada y sin ataduras terrenales pero, al mismo tiempo, se presenta como un poderoso enemigo a batir si continuamos por añadir peldaños en su escalada tecnológica. Lo que posiblemente no vislumbramos ahora con total certeza es que en el desarrollo de la IA iremos puliendo el conocimiento sobre otras áreas vitales: la inteligencia, la conciencia y la propia muerte. Por estas y otras razones es una tendencia al alza.

La muerte, esa tendencia no tabú en Google

Decía Pim Van Lommel que la muerte es un tema tabú en nuestra sociedad pese a que cada año mueren más de 70 millones de personas, algo menos de 200.000 diarias. Sin embargo, los números del mayor buscador del mundo no engañan. Nos interesa mucho la muerte y las personas que abandonan el mundo material, si es que lo dejan realmente.

Y lo curioso no es solo curiosear sobre esas personas fallecidas, sino que su marcha provoque un viaje en el tiempo para rememorar qué fueron, qué lograron y qué emociones nos hicieron sentir en algún momento. Sin ir más lejos, la muerte de María Jiménez, Tina Turner, Carmen Sevilla o Sinéad O’Connor situó su música entre lo más demandado en Google, demostrando que morir no significa precisamente desaparecer.

A colación de este tema recuerdo el tema de varias de mis próximas lecturas, todas ellas relacionadas con la muerte, y en las que la conciencia parece constituir un eje central de uno de los mayores misterios del cosmos. ¿Desemboca en la nada? ¿Nos apagamos por completo o transitamos de una frecuencia de conciencia a otra distinta, mientras que el cuerpo no es más que una interfaz, del mismo modo que en los ordenadores el software hace de intermediario entre las personas y las máquinas?

No sé si por desgracia o por fortuna, la muerte ha sido y seguirá siendo tendencia más allá de 2023. Lo que anhelo es que en el futuro sepamos más qué se esconde tras ese aparente último aliento. Puede que, en su vertiginoso avance, la IA se libere algún día de los prejuicios y miedos de sus creadores y proponga una teoría o una ley que explique qué es la muerte. Con esa incógnita desvelada quizás la humanidad abandone las guerras que todavía son actualidad, dado que habrá que convivir con el enemigo, pese a quien le pese. Y quizás en ese escenario tan hipotético es posible que nos centremos en vivir y el mapa de tendencias sea algo mucho más claro que oscuro, como ha sido este 2023 para mí.

Escríbeme

¿Y tú qué opinas? Me gustaría conocer tu perspectiva para intercambiar opiniones y conocimientos. Puedes escribirme a:

No Comments

Post A Comment