12 May ¿Cómo se reproduce la Covid-19 y otros virus pandémicos? Analizamos 3 conceptos clave
En España estamos en plena desescalada del estado de alarma provocado por el coronavirus Covid-19 que, pese a que se mantiene prorrogado por el Gobierno, está reduciendo su intensidad por la necesidad de ir volviendo, poco a poco, a nuestas actividades cotidianas o la llamada «nueva normalidad». Pero también porque se están relajando ciertos valores que toman como referencia las personas expertas en epidemiología y que indican que la enfermedad es menos infecciosa.
Uno de esos valores es el índice R0, que indica el número promedio de personas nuevas que contraerán la enfermedad a partir de un enfermo contagioso. Cuando se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo, el R0 era del 2,55 y actualmente se encuentra en el 0,81 (datos a 10 de mayo), aunque existen ligeras variaciones por comunidades autónomas.
Evolucion del índice reproductivo de la Covid-19 en España / M. Sanidad
Sin embargo, cuando todo el país se confinó, el virus ya llevaba semanas diseminándose (el primer caso se registró en la isla de La Gomera el 31 de diciembre y el 26 de febrero se detectó el primero en la península). De hecho, el número reproductivo básico del virus, según los datos facilitados por el Gobierno español, era mucho más alto antes del decreto de alarma. Por ejemplo, el 2 de marzo, lo máximo que se remonta la serie histórica del Ministerio de Sanidad, el índice de reproducción era del 4,37, más de cinco veces el actual. Esto pone de relieve que el virus era mucho más infeccioso antes de las medidas de confinamiento y aprovechó la libertad de movimientos para infectar a un mayor número de personas, que días después se traducirían en un gran incremento de casos.
El R0 global de la Covid-19
A nivel global, el R0 de la Covid-19 se mueve en torno a 2 y 5, en función de la fuente, aunque otros estudios, como el del Imperial College del Reino Unido, lo sitúan entre 1,5 y 3,5.
El número básico de reproducción utilizado por el Ministerio de Sanidad representa el máximo potencial epidémico de un patógeno, aunque no es tan realista como el R0 efectivo, como señala en este artículo Joseph Eisenberg de la Universidad de Michigan.
Ahora bien, ¿es mucho o poco el R0 de la Covid-19? Cuando la enfermedad tiene un índice de 1 o superior, significa que la infección seguirá propagándose, pero por encima de esa ratio hay diferencias notables entre enfermedades, como se puede ver en la siguiente tabla.
Valor reproductivo de otras enfemerdades / The Conversation
El ritmo reproductivo de otras enfermedades infecciosas
En ella no aparece la de la rabia porque la infección muere con el ser humano. Por tanto, el R0 en humanos es cero. Sin embargo, esto no significa que se ponga fin al virus, ya que los perros son su reservorio y pueden transmitirlo a otras personas o mamíferos. Los perros son seres vivos sociales y, por tanto, el R0 de la rabia en ellos supera el 1, como señala la FAO en este documento.
Por su parte, el sarampión, a pesar de que es una enfermedad para la que existe una vacuna económica y segura, todavía sigue provocando miles de muertes (110.000 en 2017) en todo el mundo, sobre todo en los países más pobres y en niños menores de cinco años.
Su índice R0 es muy elevado, de entre 12 y 18, lo cual hace que sea un virus muy infeccioso. De hecho, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), antes de que hubiera vacuna en 1963 y se generalizara su uso, cada dos o tres años se producían importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes anuales.
Al igual que el coronavirus Covid-19, el Ébola es una zoonosis de gran gravedad, que puede causar la muerte a las personas infectadas. Su R0 se sitúa entre 1,5 y 3, pues su contagio se produce por el contacto con la sangre o fluidos corporales de animales infectados. Sin embargo, al contrario que enfermedades como la Covid-19, con la que comparte un R0 similar, su índice de mortalidad es muy elevado, de entre el 50% y el 90% de las personas infectadas.
¿Cuál es el periodo de incubación de la Covid-19?
Una infección es una invasión microbiana de nuestro cuerpo, de forma superficial o profunda, afectando exclusivamente a la piel o las mucosas o llegando a tejidos y órganos internos. Todas las enfermedades causadas por agentes infecciosos siguen las mismas etapas o pasos. El primero de ellos es que haya un contacto entre el agente infeccioso y, en este caso, la persona infectada. El encuentro puede producirse en cualquier momento y, como hemos comprobado con la Covid-19, se puede ser portador de la enfermedad sin necesidad de mostrar ningún síntoma. El patógeno puede permanecer silente días, semanas, meses o años.
Panel con nº de infectados por Covid-19 / Foto: Markus Spiske
Desde que el patógeno entra en contacto con nuestro organismo hasta que se producen los primeros síntomas del coronavirus Covid-19 pueden pasar entre dos y 14 días, aunque según una investigación publicada en la Annals of Internal Medicine, el periodo medio es de unos cinco días.
¿Y la incubación de otras enfermedades?
En un intervalo similar, aunque ligeramente mayor, se mueve el sarampión, con una incubación entre 9 y 12 días. Sin embargo, el Ébola se mueve en un rango mayor, que va de los 2 a los 21 días, según la OMS, pero algunos estudios realizados sobre casos en África oriental parecen indicar que podría extenderse hasta los 42 días.
La rabia suele necesitar más tiempo en manifestar, dado que sus síntomas pueden aparecer entre una semana y hasta un año, aunque la incubación media están en los dos o tres meses, como señala la OMS.
La dosis infecciosa
Otro de los valores que se tienen en cuenta por parte de los expertos en epidemiología es la dosis infecciosa (que es distinta de la carga viral) necesaria para que una persona contraiga la enfermedad. Además de factores como el nivel de inmunidad, el ambiente, la edad o la genética de la persona afectada, los científicos prestan atención a esta dosis para determinar si tiene alguna relación con los riesgos que entraña la enfermedad.
Análisis en laboratorio / Foto: Martín López
Por ahora, no está probada una correlación entre ambas variables, pero hay entidades que consideran que una dosis infectiva alta podría haber supuesto una mayor gravedad de la infección en determinados colectivos, como el personal sanitario.
En el caso de la Covid-19, la cantidad de virus que entra en el organismo en el momento inicial y que supone el detonante para la infección todavía no está clara, pero algunos estudios, como este publicado en The New England Journal of Medicine, la sitúan entre 20 y 22 microorganismos.
En el caso del Ébola, reúne muchas cualidades para considerarse un virus extremadamente patógeno y requiere de una baja dosis, lo que hace que esta enfermedad sea muy infecciosa. Según apunta la OMS, no se transmite por el aire o, al menos, este modo de transmisión no se ha observado en los extensos estudios sobre el virus realizados a lo largo de varios decenios. El sentido común y la observación indican que la propagación del virus al toser o estornudar es rara, si es que siquiera ocurre.
El sarampión también necesita de un inóculo bajo, lo cual la convierte en extremadamente infeccioso. De hecho, su capacidad de transmisión es tan elevada que la mayoría de las personas no inmunizadas que se encuentren cerca de la persona infectada pueden contraer la enfermedad.
Por último, de la rabia se desconoce la dosis infectiva mínima, pero es letal para la salud de la persona infectada una vez que entra en el organismo y, sobre todo, si llega al sistema nervioso central y al cerebro.
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